Emprender no es tarea sencilla: crear una idea, buscar clientes, pagar impuestos, esperar que paguen las facturas, entre otras actividades, puede resultar bastante agobiante y estresante. Por ello es habitual que los emprendedores dejen para lo último aspectos jurídicos como la verificación de que la marca a utilizar no esté siendo usada previamente por otro competidor en el mercado u olvidan tomar las medidas de protección sobre la misma para evitar que sea copiada por terceros. Sin embargo, al ser la marca el activo más importante de una empresa, estas labores deberían ser las primeras en verificarse.

En efecto,  la “marca” es el signo distintivo con el que los consumidores reconocerán los productos o servicios ofrecidos. Esta permitirá tener un posicionamiento en el mercado y que la empresa subsista en el tiempo.  Por eso antes de gastar dinero en publicidad o en diseño, se debe revisar que la marca que se pretende explotar no esté siendo utilizada previamente por otra empresa. De no hacerlo, se corre el riesgo de que a futuro lleguen demandas por el uso indebido de una marca que ya estaba registrada, lo que obligaría a incurrir en gastos de abogado y eventualmente llevaría a perder las inversiones que se hubiesen realizado en publicidad.

Por otro lado, si la marca es novedosa y se está posicionando, podría dar lugar a que terceros la copien parar “robar” la clientela adquirida, circunstancia que se podría evitar con el correspondiente registro marcario de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) con el cual se podría iniciar las acciones judiciales  necesarias para obtener su protección y así detener las acciones constitutivas de competencia desleal.

En conclusión si quieres que tu marca RUJA debes cerciorarte que cumpla con todos los requisitos legales para que puedas explotarla libremente.

AUTOR
Juan Luis Palacio Puerta
Director Jurídico de Grupo Lyown